Existen diferentes criterios a la hora de abordar el tratamiento de los dolores ocasionados en la ATM. En la actualidad, son dos las modos de abordaje.
El primero de ellos prima como causa de los dolores en la ATM los problemas emocionales y contracturales, lo que supone un abordaje basado en técnicas de relajación, fisioterapeutas y tratamiento médico basado en ansiolíticos y antidepresivos. Se basan en la evidencia científica todavía en desarrollo, de que los dientes no influyen en los problemas de los dolores en la ATM.
El segundo criterio se basa en la idea, también como evidencia científica puesta en duda, de que los problemas de ATM están directamente relacionados con la oclusión dental. Con lo cual, la solución pasa directamente por una rehabilitación oclusal, sea con coronas, tallados selectivos de los dientes o con ortodoncia de la relación funcional de las arcadas.
Como los dos criterios se basan en evidencias científicas de los numerosos artículos que se han publicado y que no se ponen de acuerdo, yo tiro de la experiencia. He observado que existe una relación directa entre los problemas de oclusión y los dolores de la ATM. Los problemas emocionales están ligados a la ATM, pero no lo suficiente para que sean tratados con antidepresivos o ansiolíticos. Este tratamiento médico dependerá mas de especialistas de la mente, que de un dentista de la ATM aunque, como es mi caso, seamos también médicos.
El problema de los dentistas que usan el primer criterio es que abandonan desde el primer instante la importancia que pueda tener la oclusión en la afección de la ATM. Desechan cualquier intervención en la oclusión, como el tallado selectivo de los dientes, la rehabilitación oclusal o la ortodóntica. Este criterio se instauró debido a la mala prensa que tuvieron los tallados selectivos y las rehabilitaciones oclusales que se realizaban indiscriminadamente en EEUU a todo tipo de pacientes y que no habían manifestado sintomatología en la ATM como prevención a esos problemas. El sobretratamiento preventivo ocasionó numerosos problemas de ATM donde no los habían. De ahí surgió un criterio totalmente opuesto a una intervención en la oclusión dental de no intervención bajo ninguna circunstancia en la oclusión. Ahora este criterio es un poco mas laxo en el tratamiento.
En mi experiencia de mas de 40 años con los problemas de ATM, he comprobado que muchísimos casos que estaban siendo tratados en base al primer criterio, solucionaban sus problemas con un simple ajuste oclusal. Una corona alta, un interferencia en la función, una mordida cruzada, un cordal extruido, etc. eran suficiente causa para dar problemas en la ATM. Muchos de ellos llevaban años de tratamiento con tratamiento médico, fisioterapeutas, férulas sofisticadas, cuando la solución era muy simple como era un tallado selectivo oclusal a una interferencia.
Mi conclusión es que hay que estar constantemente reconceptualizando nuestros principios de trabajo en todos los campos profesionales, para ofrecer la mejor calidad de vida a nuestros pacientes. Eso es la labor que hago cada día que me levanto, replanteamiento de todos los conceptos aprendidos.
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