La innovación dental consiste en introducir un concepto nuevo o mejorar el anterior, pero en los dos casos es implementar una novedad que no se ha puesto en práctica dentro de la clínica diaria. La puesta en marcha del nuevo concepto transforma al paciente en sujeto de experimentación. Por ese motivo, muchos dentistas se niegan a innovar y realizan su práctica diaria con su propia experiencia rutinaria de muchos años de práctica, aunque se haya convertido en obsoleta. Hay que entenderlos y respetarlos porque es una forma de dar a los pacientes la mejor experiencia que han tenido.
Hoy en día la odonto/estomatología es muy compleja e introducir una innovación en cada especialidad que presenta una clínica dental es una tarea titánica. Significa que gran número de pacientes de cada especialidad van a ser sujetos de investigación, aunque suene un tanto fuerte. Por ejemplo, con la ortodoncia invisible hecha en clínica y protocolos realizados en software de última generación. Esa innovación comenzó a estar presente en el año 2017, con lo cual la casuística depende de lo pronto que fue incorporado el tratamiento con alineadores en la clínica dental. Los alineadores in office no responden igual que los alineadores de Invisalign sino mucho mejor. El problema está en que se necesita una curva de aprendizaje, de experiencias para ir mejorando el tratamiento de ortodoncia en clínica. La innovación supone mejores precios, mas sostenibilidad, mejor servicio de sustitución de roturas de alineadores y refinamiento, ya que los escáneres de los modelos no son mandados a EEUU porque los alineadores se construyen en la propia clínica.
Los dentistas que continúan en su zona de confort puede que no tengan problemas de tratamientos dentales, aunque sí de diagnóstico desfasados. Un ortodoncista que siempre ha realizado tratamientos con brackets tendrá muy pocos problemas, pero eso no es lo que pide la gente. La gente quiere buenos tratamientos actualizados y no pasados de moda como los tratamientos de brackets, aunque tengan un riesgo. Lo mismo ocurre con los implantes inmediatos monofásicos. Los pacientes no quieren sufrir dos o tres intervenciones para colocarles un implante al cabo de seis u ocho meses. Necesitan algo rápido, que no sea traumático y que se pueda masticar cuanto antes.
Todas las innovaciones tienen un precio, pero es el dentista con su saber hacer quien puede solucionar y minimizar los problemas que puedan surgir. Sabiendo lo que se practica los problemas de innovación van a ser mínimos, con buenas soluciones que permitan dar un paso hacia delante. Conceptos como sostenibilidad, mínima invasión de tejidos, endodoncias bioactivas, materiales ultrarresistentes de composite para puentes, oclusión dinámica en 3D, son conceptos muy innovadores que tienen que ser introducidos en la odontología del siglo XXI, que es la antesala del próximo milenio.
La innovación es tan rápida que no sabemos que nos depara el futuro, hagamos del futuro nuestro presente el lema de nuestra clínica dental.
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