Kyle era un detective que se había establecido en una oscura ciudad, donde las callejuelas cercanas al puerto se encontraban sumergidas en sombras. Kyle había huido de su país debido a problemas con el fisco. Se vio envuelto en un complicado entramado financiero relacionado con malas inversiones. Al borroso episodio le siguieron trabas legales y fiscales, con unas deudas importantes con las autoridades estatales. Para evadir las consecuencias de sus dificultades financieras, Kyle inició un nuevo proyecto en otro lugar, donde comprobaría que las sombras cobran vida propia.
En una noche tormentosa sucedió algo extraordinario. Su historia dio un giro inesperado cuando perseguía a un sospechoso por un callejón encharcado. La luz de un relámpago iluminó el callejón con un breve destello. Kyle vio la sombra del sujeto proyectada en la pared. Lo que captó su atención fue que la sombra esbozaba una sonrisa macabra, como si guardara un secreto retorcido. Kyle lo siguió mientras observaba cuidadosamente a las diversas sombras que se proyectaban a su alrededor. Descubrió que su capacidad para interpretar a las sombras no se limitaba a lo evidente. Podía descifrar el lenguaje oculto de las siluetas, captando detalles más allá de lo tangible.
Con el paso del tiempo, aprendió a dominar su habilidad, utilizándola para rastrear a los criminales y desentrañar los misterios más complejos. Cuando su propia sombra empezó a comportarse de una manera extraña, la vida de Kyle se sumió en una intriga más profunda. Observaba que a veces cambiaba de forma, expresaba emociones e incluso actuaba de una manera bastante autónoma.
Una noche mientras seguía el rastro de unas sombras por las estrechas callejuelas de la ciudad, un misterioso teatro apareció de pronto delante de él. Las luces del teatro le persuadían para que entrara a ver la función que ocurría en el interior. Observó que unas sombras danzaban en el escenario, expresándose a través de símbolos proyectados en la pantalla, que eran códigos difíciles de describir.
Entre los destellos de las lámparas y la neblina misteriosa que emanaban del entorno del escenario, Kyle vislumbró a un enigmático titiritero que las manejaba con una destreza sobrenatural. Pensó que le podría ayudar a desentrañar la extraña conducta de su propia sombra. El misterioso titiritero, cuyas manos diestras manejaban las siluetas proyectadas en la pantalla, resultó ser el guardián de un antiguo conocimiento vinculado a un reino de sombras, más allá de ese marco físico de la mampara del teatro.
Tras una representación particularmente intensa, el titiritero reveló a Kyle la verdad oculta detrás del mundo sombrío. El teatro era una puerta a un universo paralelo habitado por figuras de sombras conscientes, cada una con su propia deseo e historia. El titiritero le confirmó a Kyle que poseían la capacidad de comunicarse entre ellas, con suficiente autonomía para liberarse y dejar a su dueño.
Le explicó que cuando una sombra empezaba a comportarse de manera anómala, deseaba abandonar al hombre. Ello le implicaba una serie de consecuencias profundas como la desconexión emocional, el sentimiento de abandono, la crisis de identidad, la falta de orientación, el riesgo de depresión o la búsqueda de reemplazo entre otros cosas.
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El titiritero le aconsejó que penetrara detrás de la pantalla del teatro, para que iniciara una exploración al universo de las sombras. Kyle podría dedicar tiempo a estudiar y comprender más a fondo el mundo tenebroso y así evitar la pérdida con todas las consecuencias que ello le ocasionaría. La búsqueda fortalecería una conexión más profunda entre Kyle y la realidad de su sombra.
Kyle atravesó la pantalla del teatro decidido decidido a entender el lenguaje oculto de las sombras, adentrándose en el umbral de ese universo tenebroso. La realidad parecía difuminarse cada vez que avanzaba dentro de la oscuridad irreal. Las sombras aparecían a su alrededor susurraban palabras y frases ininteligibles, pero estremecedoras, adoptando formas volubles,
Cada vez que penetraba en ese mundo sombrío, tenía la sensación de que la frontera entre su realidad y las sombras desaparecía. Su cuerpo se volvía tenue, sin hacer ruido al caminar y apenas proyectar ningún reflejo en las superficies donde se movía. Las sombras le hablaban con un tono hipnótico, llamándolo por su nombre, invitándolo a permanecer entre ellas.
Cuando Kyle se dio cuenta de estas sensaciones quiso volver sobre sus pasos, pero no encontraba el camino que había recorrido hasta entonces. Su sombra que anteriormente proyectaba su silueta, pareciendo una extensión de sí mismo. lo miraba con una expresión vacía. En ese momento entendió que el teatro de las sombras era un laberinto del que era imposible escapar.
Fuera de la pantalla, las luces del escenario oscilaron varias veces, cerrando la puerta de entrada al universo de las sombras. En la ciudad oscura nadie volvió a ver a Kyle. Solo su sombra permaneció en el mundo tangible, caminando errante entre la neblina, en busca de un nuevo huésped.
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