No cabe duda de que las exigencias estéticas de los pacientes adultos han aumentado desde que se popularizó la ortodoncia, y sobre todo, la ortodoncia invisible. En muchos casos es evidente que la demanda estética del tratamiento es comprensible, pero en otros casos pueden llevar acompañada de una distorsión de la imagen corporal focalizada en la boca y en los dientes.
La primera causa que produce esta distorsión es la exigencia estética de la sociedad moderna. Moviliza una demanda social de perfección estética como una forma de ser querido y aceptado por toda la sociedad. De ahí que la publicidad presente cánones de belleza con los dientes perfectos y los dientes completamente alineados, aunque estén retocados en su mayoría por programas de diseño gráfico.
Otro factor puede ser el exceso de perfeccionamiento del propio individuo. En muchas ocasiones puede ser una características positiva pero en otras suele ser un problema ligado a una baja autoestima. Existe una dependencia emocional de conseguir unos estándares de perfecciona muy altos en muchas ocasiones mal entendidos.
Otras veces es por incomprensión del propio tratamiento dentro del contexto dental. Por ejemplo, un paciente de ortodoncia puede achacar que los dientes le han quedado mal alineados por otra causa como puede ser un exceso de desgaste dental o un diente con un tamaño no acorde con los demás dientes.
Este problema de una petición desmesurada irreal de perfección en el tratamiento
de ortodoncia puede llevar al paciente a una insatisfacción vital, que se vuelca sobre el dentista. Otras veces se dirige hacia el mismo paciente como sentidos de culpa, como una imposibilidad de alcanzar esa perfección debido a no haber seguido unas instrucciones mas allá de lo que prescribía el dentista.
Esta situación conlleva mucho estrés también para el dentista, ya que no puede alcanzar las metas irreales que le propone el paciente. Si bien en muchas ocasiones se pueden mejorar las sonrisas y la posición de los dientes, si el paciente es comprensivo con el tiempo de tratamiento, en otras no es posible debido al contexto de la fisonomía del paciente. Una simple ortodoncia no podrá curar una clase III quirúrgica. A lo máximo podrá enmascararla.
Hoy en día gracias a los estudios de diseño de sonrisa y el uso de programas como el ArchForm que permite ver los movimientos y los resultados finales de la posición de los dientes, se puede minimizar el estrés de la situación de la exigencia estética del paciente. Siempre es muy positivo aclarar y ofrecer la mayor información posible para evitar llegar a esta posible insatisfacción del paciente y el estrés del dentista que brinda sus servicios.
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